Hace sólo unas horas se conoció la sentencia de la causa Guerrieri-Amelong que tenía lugar en los Tribunales Federales de Rosario. Los cinco imputados recibieron por igual la CÁRCEL COMÚN Y PERPETUA.
Los organismos de Derechos Humanos, organizaciones sociales y políticas, gremios y toda la sociedad rosarina nos hicimos presentes desde temprano frente al edificio del TOF 1 para recibir la condena de los primeros 5 imputados por delitos de lesa humanidad cometidos en nuestra ciudad durante la última dictadura militar. Compartimos expectantes una radio abierta y diferentes actividades en el Boulevard Oroño, aguardando la justicia, que por fin se hizo presente al mediodía.
Con felicidad festejamos la condena que recayó sobre Guerrieri, Fariña, Amelong, Pagano y Constanzo; condena que ha quedado claramente a la altura de las pruebas y la contundencia de los testimonios. Y sentimos un gigante orgullo porque ganamos la justicia en las calles, luchando conjuntamente.
Los estudiantes marchamos masivamente con las banderas de los Centros de estudiantes desde la Facultad de Humanidades, luego de haber logrado la desobligación de nuestras actividades en la última sesión del Consejo Superior. Así pudimos hacernos presentes en este claro día de justicia. Como muchos de los oradores del acto resaltaron, allí estuvimos los jóvenes que, como dijo Rodolfo Walsh, levamos donde otros las han dejado, viejas banderas de lucha.
Luego de esta condena, reforzamos nuestra exigencia al Rector de la UNR Darío Maiorana y Vicerrector Eduardo Seminara, se vuelva hacia atrás con lo actuado en el caso Pérez Blanco, que actuó como personal de Inteligencia del Ejército que actuó en la Facultad de Medicina durante la última dictadura militar entregando compañeros estudiantes y docentes, y fue indemnizado por esta gestión con la simbólica suma de $30.000. Pérez Blanco ha formado parte de algunos de los testimonios oídos en esta causa que hoy finalizó como parte de la patota dedicada a torturar y desaparecer. Asimismo estuvo vinculado con el famoso robo a Tribunales de esta ciudad, cuando se "desaparecieron" los expedientes de la causa Feced. Unos 150 sumarios, registros que acreditaban el seguimiento y la persecución de militantes políticos, estudiantes, obreros y profesionales, ficheros y archivos de la represión durante la dictadura militar en Rosario se perdieron entonces sin que existiera una investigación judicial acorde con la magnitud del suceso.
Por último, seguimos exigiendo que se avance en los procesos de Juicios Académicos a docentes vinculados al Proceso, todavía hoy en funciones (como es el caso de Norberto Martínez Delfa, docente de la Facultad de Ciencia Política y RRII).
¡Cárcel común, perpetua y efectiva! ¡Ni un solo genocida por las calles rosarinas!